domingo, 16 de agosto de 2009

Contraseñas

Inicias con tu mail, ¿no? Después de batallar con nombres ya existentes e ingeniártelas para que no suene elegante cuando te lo pidan, le pones una contraseña que según tu es segura. Tu celular al revés -pongamos 6582343777- Y a mandar FW:

Ya tienes mail. Te dedicas a sacar cuentas y más cuentas: Hi5, Facebook, la página de Gandhi, foros que acostumbras y obviamente Blogspot. Te enteras de alguien que le adivinaron su contraseña y destruyeron sus demás páginas porque la clave era la misma. Innovas. Decides que no te harán lo mismo y decides modificar un poco tu cuenta. Cambiar el tercer numero (6522343777) y también añades nuevas por si adivinan la clave... Ahora será tu apodo en la primaria de Tlaxcala donde nadie te recuerda. Y lo pones al revés por si las dudas.

Y así, cada vez que haces una nueva cuenta le agregas una letra o le cambias algo, y ni hablar de las preguntas secretas ni nada de eso. Tu respuesta es el nombre de tu abuelo pero como le decía tu abuela cuando hacían sus cositas. Fabilito. Por Fabilito tienes 14 tíos, no lo olvides.

Entre números, letras de más, nombres de tus perros muertos, Fabilitos y demás siempre la cagas cuando te quieres inscribir en la UNAM o meterte al Blog.

1 comentario:

  1. Hey, no sólo te comentaré, sino que seré la primera y tal vez única que lo haga de esta entrada... es que quizás que sepas lo de Fabilito es un tanto perdurbador para cualquiera =s. Y bueno a mi no me pasa mucho aquello de las contraseñas, la que tengo en casi todas mis cuentas está genial, y muuucha gente se la sabe, pero la verdad no soy muy hackeable, así que no me importa mucho...

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